El embarazo es una de las etapas más felices en la vida de una mujer, pero también es un proceso complejo, que despierta sentimientos encontrados y en el cual nos enfrentamos a grandes cambios tantos físicos como psicológicos. Supone una crisis evolutiva que puede reactivar conflictos del pasado o potenciar las problemáticas presentes.
Los sentimientos y emociones que puede experimentar una madre durante el embarazo pueden ser de lo más diversos: miedo, ambivalencia, soledad, preocupación, tristeza, vulnerabilidad, cansancio, ilusión, felicidad…
El embarazo es una etapa de mucha sensibilidad, en que las emociones están a flor de piel, ya que a las mujeres embarazadas les afectan ahora cosas que antes les pasaban inadvertidas.
El primer trimestre del embarazo es ciertamente contradictorio, mientras que externamente, en el cuerpo aparecen pocos cambios, sin embargo, internamente se remueven muchas cosas. Esto hace que la mujer se sienta, por un lado, ilusionada, vital y contenta, pero por otra incrédula, sensible, cansada y temerosa. El segundo trimestre sin embargo deja paso a una sensación de bienestar, de energía y de calma generalizada. En el tercer trimestre aparece el miedo al parto y la preocupación de cómo será nuestro hijo.
El cuerpo sufre muchos cambios hormonales por lo que algunos síntomas se pueden ver como normales. Sin embargo, sentirse más triste de lo normal puede indicar una depresión y si esta no se trata, puede convertirse en un problema tanto para la madre como para el bebé.
Algunos de los síntomas de la depresión pueden ser:
- Tristeza frecuente.
- Apatía ante situaciones que antes se disfrutaban.
- Ansiedad.
- Dormir muy poco o demasiado.
- Dificultad para concentrarse.
- Sentimientos de culpabilidad o inutilidad.
- Pensamientos negativos intensos.
No te preocupes si tienes varios de estos síntomas, ya que es más habitual de que lo crees, cerca del 10% de las mujeres sufre depresión durante el embarazo.
Factores que pueden influir a la hora de sufrir depresión durante el embarazo:
- Antecedentes de depresión previos o en la familia.
- Problemas familiares o económicos.
- Problemas de salud.
- Aborto involuntario anterior.
- Haberse sometido a tratamientos de infertilidad.
- Eventos de vida estresante.
- Complicaciones en el embarazo.
La depresión durante el embarazo no tratada, puede tener riesgos tanto para la madre como para el bebé, como nacimiento prematuro, peso de nacimiento bajo, problemas de desarrollo e incluso aislamiento de la madre con el bebé.
La psicología perinatal defiende que ya desde las experiencias tempranas y desde la gestación, el feto desarrollará mejores o peores condiciones para ir construyendo su salud mental, y que la madre es la principal cuidadora del bebé en este periodo perinatal, y de ella y de su estado emocional dependerá en gran medida el bienestar de su hijo.
Si crees que la situación te está desbordando o no estas teniendo un espacio donde poder sentir y expresarte libremente, acude a un profesional.